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Otro cuento

Era la tercera vez que entraba a su casa ese día.

Estaba asustado, había escuchado muchas historias de sus compañeros de trabajo, recuerda a García, realmente a Mejía, que le contó que García se tuvo que mudar de habitación, tantas mujeres habían entrado a su casa que un día llegaron a reclamar dos juntas y estaba su, ahora ex novia, adentro.

Pero tenía poco dinero y mucha pereza, además aquella mujer se había ofrecido a ir… al principio no pensó que fuera a llegar… y ella no pensó que su ofrecimiento fuera aceptado en serio, así que los dos estaban por ahí… sin pensarlo.

Cate era su nombre, no se sabía su apellido, habían salido a comer un día y ella quedó encantada, él no tanto, ella decía que era un chico interesante y guapo, alguien con quien se puede conversar, el le decía, que también opinaba lo mismo de ella, la verdad es que no le importaba, la consideró fea y aburrida, sólo hablaba del trabajo y de lo aburrida que era su vida, en nada se parecía a otras mujeres llenas de historias emocionantes, con trabajos llenos de enseñanzas y aventuras, de salidas a lugares finos con gente importante… que el no podría mantener como pareja porque era muy celoso y no tenía dinero para darse esos lujos, no ganaba mal pero si gastaba mal el dinero.

Cuando entraron él le presentó la pocilga donde vivía, estaba ahí por accidente… lo habían engañado y se mudó sin saber a donde, por su mente había un montón de pensamientos amasados en ese momento, literalmente un despelote, pero bueno ya ella estaba ahí, gratis, sólo tuvo que decirle que sí y asomarse por la puerta de la casa y ver que en la alameda ella estaba. La seguía viendo fea, pero la adrenalina le incluía un matiz erótico a la deplorable situación.

El había medio barrido, tuvo que salir debajo de la lluvia a lavar el “palopiso” y pasarlo un poco mejor, al menos olería un poco mejor y disminuiría el olor a cloaca que a veces se soltaba luego de llover, cambió las cobijas… ¿luego las lavaría él o las lavaría Nury? en ese momento que importa, luego verá que pasará.

No tiene sillas, sólo su cama, un armario, televisor sobre un mueble donde tenía su datacenter de RPi 1,2 y 3, sólo una encendida y su ropa, un mueble donde dejaba sus libros de la universidad y 'sus juguetes'.

Así que se sentaron a hablar en la cama, ella no se veía incómoda, él si, siempre había odiado a las mujeres “ofrecidas”, esas como ella, que se acostaban con alguien apenas lo conocían, nunca lo había hecho… en su casa.

Ella lo abrazó y luego se besaron, el trató de bajar la temperatura un poco cambiando el tema, pero ella era muy insistente, su boca sabía a mocos, pero luego de unos cuantos besos mas… ya no sabía a nada, sólo a pasión, así que se desnudaron.

La vio desnuda y le encantó, ¿sería la ropa?, ¿se vestía tan mal?, ¿o era el momento?, ¿era eso lo que le pasaba a los hombres que tenían relaciones con esas mujeres tan feas?, esas gordas, esas facuchentas, se convierte en divas al calor de la excitación… llegó a la conclusión de que sí, pero a él no, recuerda la vez que le hizo caso a su compañero del trabajo, López, y se metió con una gorda, olía horrible, y desnuda era igual de horrible que vestida, esa vez ni siquiera eyaculó, una segunda vez quiso saber si el cariño por insistencia lograría que tuviera buen sexo, pensó en llevarla a un motel con jacuzzi, donde pudiera bañarla, pero era tan intenso el olor a sudor que no disfrutó ni cuando la montó al bus para nunca mas volver a verla, recuerda que lo último que quiso hacer fue sacarle dinero, pero la muy inútil ni para eso servía.

Además… con él no era así, en ese momento no estaba excitado, realmente desde que se divorció sólo con una mujer se excitaba y disfrutaba de hacer el amor, no era sexo, aquellas otras sí.

Tuvieron algunos jugueteos y ella se vino, cuando lo hizo, se apuró a ponerse la ropa y decirle que tenía hambre. Deseaba montarla de nuevo en el bus y nunca volver a verla, ¿que demonios pasaba?, ¿que era lo que faltaba?

Fueron a comprar algo, ella parecía un chicle, no se le despegaba. Comieron de vuelta en la cama, al finalizar de lavar los platos, porque sí, era súper ordenado, sufría pensando en que las malditas cucarachas que la casera tenía a bien atraer en el piso de arriba, corrieran por los platos y ensuciaran todo.

Volvió a la cama y ella parecía insatisfecha, siempre se sentía como mujer cuando tenía sexo, lo hacía por cumplir, así que de nuevo comenzó el juego sexual, ella estaba decidida a hacerlo eyacular, el decido a no hacerlo ahí adentro, en ese lugar tan peligroso, generador de pensiones alimenticias, así que como tenía el poder de evitarlo, así lo hizo.

Ella lo notó, así que comenzó el trabajo oral, ella se veía tan sexy entre sus piernas succionando su miembro, a él no le gustaba, pero ella lo hacía muy placentero… y tuvo la decencia de preguntarle si lo quería en la boca… ella asintió succionando mas fuerte y se lo tragó.

Bueno ya los dos quedaron complacidos, era hora de que ella se fuera, aunque ella no pensaba igual, sugirió varias veces el deseo de quedarse, luego de poner la excusa del buen padre, se fue a dejarla.

A las 22 horas entraba a su casa por cuarta vez.

Era la segunda vez que entraba a su casa ese día.

Entraba a su casa.

otro_cuento.txt · Last modified: 2017/06/25 22:19
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