Excepciones

Estamos en una sociedad de gente estúpida, que se adhiere a un bando si saber porque, la gente esta llena de totalitarismos auto impuestos, de comunismos, de liberalismos, somos nuestra propia censura, pasamos de que gente muy inteligente nos domine a domininarnos nosotros estúpidamente. Y todo esto sería también tomar un bando o pensar como totalitarista sino fuera porque en la vida hay excepciones, todavída queda gente inteligente que no piensa de manera binaria, lo malo es que no se reproduce.

Yo me identifico como un exceptico, no soy creyente de ninguna divinidad y no discutiré si existen o no, es mas afirmo que si existen, para muchos de ustedes. Tampoco creo que exista una parte espiritual en el cuerpo humano o un mas allá, no obstante hay excepciones, acá les contaré dos de ellas.

Cuando era niño mi papá me contaba sobre su madrina Dora y lo buena que era con él, incluso ya mayor, un madrina de verdad que nunca olvidó a su ahijado, ella era una señora bien de piel arrugada y se notaba muy mayor, tenía un cabello gris dorado con un corte muy característico, recuerdo que tenía todos los dedos torcidos, ella explicaba que era debido a que aplanchaba mucha ropa y luego se mojaba las manos, lo cierto es que era artrosis, una muy severa. Pero esta historia no es sobre ella, es sobre su marido, Odolio, un señor que se notaba mas agraciado, de esos señores mayores con presencia y prestancia, era blanco y casi sin arrugas, pasaba horas de horas en el gran jardín que tenía al lado de la enorme casa que construyó, aun se conserva, solo que descuidada porque los hijos parasitarios que tuvieron no supieron cuidar la gran riqueza que acumuló su padre, contaba la gente que era el dueño de la línea de buses de San Juan de Dios, mi pueblo natal, usaba sentarse en el corredor del frente de la casa a fumarse los billetes, de que se metió con las esposas y todas las niñas bonitas del pueblo y de como maltrataba a la pobre de Dora.

La verdad poco me importa si Odilio era una mala persona, porque como les digo hay excepciones, conmigo fue bueno, me enseño a sembrar plantas, me regalaba dinero y me invitaba a comer. Yo lo veía casi todos los días porque cuando regresaba del colegio a mi casa la microbús me dejaba al frente de la suya. El me saludaba y me metía alguna conversación para enseñarme alguna cosa.

Recuerdo que un día bajé de la microbús y Odilio estaba cortando un rosal, me miró y me dijo: “Mira esta es una semilla de rosa, toma, ve y siembrala en la jardinera, las rosas no se siembran con semillas, se hace por estacas, pero te aseguro que esta si te va a pegar”. Me entregó la semilla y me fuí algo intrigado a mi casa, ¿será que si pegaba?, le consulté a mi papá si era cierto que las rosas no se siembran con semilla y me lo confirmó e incluso aún puedo afirmarlo. Luego pasé a saludar a mi mamá y recoger el plato del almuerzo, le dije: “Ma mira lo que me dió Odilio, es una semilla de rosa, la voy a sembrar a ver si pega”. Mi mamá me miró algo sería y me dijo: “¿Cuando te dió eso?”, a lo que yo respondí: “Ahorita que me bajé de la microbús”. Mi mamá cambió la mirada y algo exceptica me dijo: “No Esteban, es no es cierto, Odilio se murió ayer, hoy vamos a la vela”. Yo en mi interior estaba “cagado de miedo”, pero con hambre, asi que me quedé callado y me comí mi almuerzo, horas mas tarde fuimos en efecto a la vela y aunque no pude verlo con mis propios ojos, ver a Dora llorando en cada momento me dió a entender que había presenciado una de esas excepciones, una cosa que no podría explicar. Por cierto sembré la semilla y floreció un rosal enorme que se enroscó por las verjas de la ventana principal de la casa de mi papá, las flores eran rosado con blanco. Lamentablemente mi papa tuvo a mal dejar que la planta muriera.

Con el paso de los años siempre he pensado que debe ser un fallo en mi mente, un recuerdo mal almacenado, una excepción a la buena memoria que siempre manejo y le he restado importancia hasta que… otra excepción ocurrió.

Ahora, unos 20 años después, ya no vivo con mis padres, tengo mis hijos y hasta poseo una casa, no debo ni un cinco… todo lo que no hacen el resto de inútiles milleanials, porque siempre he pensado en ser la excepción. No creo en la famosa independencia financiera ni en ganar dinero sin hacer nada gracias a que soy único e inteligente, trabajo para una empresa de tecnología simplemente porque hablo mal inglés y también tengo una empresa de facturación electrónica simplemente porque soy un programdor frustrado.

Un cliente nuevo de facturación electrónica me contacto, era un excompañero de trabajo de una agencia de publicidad donde viví mis años mas felices hasta que me casé, trabajaba medio tiempo, entraba a la hora que me daba la gana, podía llegar en “chancletas” a trabajar, de mi solo dependía yo. Ahora estoy divorciado y volví a vivir mis años felices, con el home office tengo un comportamiento similar en mi actual trabajo. Creo que divago mucho cuando escribo.

En fin pactamos hacer una video llamada para hablar del nuevo negocio que estaban montando, recordamos viejos tiempos, logré incluirlo como nuevo cliente y para finalizar me presentó a su familia, estaba casado hace tiempo y me presentó a sus hijos, les saludé y me despedí. Cuando colgué la llamada llamé a novia para contarle del nuevo trato y le comenté: “Vieras que lindo, tiene también tres hijos, solo que al revés, la mayor es mujer y los dos menores hombres”, luego pasamos a otros temas.

Días después pacté visitar a mi nuevo cliente en su casa, para también visitar el local donde tiene el negocio. Aproveché para ir con mi novia y cuando llegamos nos recibieron con un almuerzo, estaban sus dos hijos menores jugando con la mamá algún juego de mesa y mi cliente comiendo con nosotros, él se levantó para volver al local, estaba “afinando detalles”. Mientras tanto nosotros terminabamos de comer y entonces le comenté a su esposa: “Que tranquilos que son sus hijos, ¿donde está su hija?”. La señora me miró muy sería y despachó a sus hijos al piso de arriba, luego se sentó en un sillón guardando cierta distancia con la mesa donde estabamos y me dijo: “Yo no tengo una hija”. Hizo el ademán de un trago amargo y luego afirmo: “O bueno sí, pero ella está muerta”. Yo volvi a ver a mi novia con los ojos de huevo frito, pero ella siempre está mamando y no entendió porque la miraba así, la verdad no recuerdo muy bien como siguió la conversación pues había un bloqueo mental en mi cabeza, pero mi novia le dijo algo así como: “lamento escuchar eso, si no es molestia que nos cuente ¿que paso?.

La señora y voy a resumir mucho lo que dijo, explicó que trabajaba en lugar con mucho estrés y que cuando quedó embarazada tuvo muchos problemas con sus jefes y que parece que eso le provocó un aborto, era su primer embarazo, entró en depresión, tanta que tuvo que cambiar de trabajo e incluso de hogar, fué así como compraron la actual casa, luego cuando se sintió mejor intentaron de nuevo tener otro hijo y luego otro, que son los que estaban ahí presentes. Yo en todo momento trataba de no mirarle a los ojos, pero se notaba que ella tenía una pregunta que hacer, así que cuando cruzamos las miradas y me dijo: “¿Pero usted como sabe lo de mi hija?”. Mi cliente es muy reservado con su vida personal, de hecho me sorprendió que me invitara a su casa, ella estaba segura de que de parte de él eso no salió, o tal vez sí y muy probablemente iban a tener una dura discusión.

Yo no debía responder a esa pregunta, si decía la verdad: “Yo ví a su hija en la video llamada, estaba detrás de ustedes al lado de sus otros dos hijos”, eso llevaría a mas preguntas y revivir un trauma para ella y mi cliente. O si inventaba: “Tu esposo me lo contón”, tal vez ella le hubiera recriminado eso y él a su vez a mí, al final tendría que terminar contandole la verdad. En todo caso podría pasar algo aún peor, y que es lo que realmente me importa, perder al cliente y dejar de recibir dinero.

No recuerdo como cambié la conversación, ella insistió otra vez y yo volví a cambiar la conversación, creo que fué indicando que se hacía tarde para una capacitación del sistema que les iba a dar. Creo que fue la capacitación mas exacta y corta que he dado en mi vida, quería salir de ahí lo mas pronto posible.

De camino le comenté a mi novia, luego le tuve que explicar explicitamente y recordó la conversación, se asustó y me dijo: “Ya entendí tu mirada en la mesa”.

Bueno… fuera de esas dos excepciones de situaciones que no puedo explicar de una manera racional… no he tenido mas, y como al poner en una balanza toda mi vida contra dos excepciones, la conclusión es que sigo siendo un exceptico con excepciones…